miércoles, 14 de mayo de 2008

Lura, Cabo Verde en Portugal.

Lura es lisboeta de educación, pero enraizada genética y musicalmente en Cabo Verde, concretamente en la isla de Santiago, la más africana de las que componen el archipiélago.

Lurdes Assunção -de las tres primeras letras de su nombre y la primera del apellido viene Lura- nació en 1975 -el año en que Cabo Verde se independizó de Portugal- en Lisboa. Dos tercios de los caboverdianos viven hoy lejos del pequeño archipiélago volcánico, castigado por la sequía y la pobreza.

En Lisboa, la población caboverdiana se concentra sobre todo en el barrio de Benfica, en un distrito de calles estrechas y casas de hormigón. Si embargo, el “centro” de la Lisboa portuguesa-africana es Rua Poço de Negros, una arteria que discurre desde el Bairro Alto hasta el distrito Parlamentario, y que acoge muchos restaurantes, tiendas y pubs africanos.

Allí se respira Cabo Verde en suelo europeo. Un conjunto de diez islas volcánicas en el oceáno atlántico frente a las costas de Senegal, despoblado hasta que los europeos lo elegieron como enclave estratégico para la navegación y la trata de esclavos. Los portugueses se instalaron en las islas y llevaron consigo a miles de con esclavos africanos.


Cuando los portugueses colonizaron el archipiélago, en el siglo XV, las islas hacían justicia a ese nombre: se hallaban cubiertas por una densa vegetación tropical, que contrastaba con sus rocas volcánicas negras y el mar azul. Siglos después de cultivo intensivo de caña de azucar, las islas ofrecen una imagen desértica.

Un país fundado con una historia trágica y que, pese a la pobreza, muestra una gran riqueza cultural. Lugar de paso para navegantes de todo el mundo, en Cabo Verde se han mezclado ritmos e idiomas. Su música más conocida es la morna, una mezcolanza entre el fado portugués y los ritmos africanos que ha popularizado internacionalmente la gran Cesarea Évora. Pero hay otros estilos como el batuque, la funana o el zouk, más festivos, en los que Lura se mueve como pez en el agua dado sus inicios artísticos como bailarina.


En el año 2004 Lura grabó un disco verdaderamente caboverdiano: Di Korpu Ku Alma (Del cuerpo y del alma), cuya reputación se disparó en su país y entre la diáspora por el éxito de la canción Vazulina, una historia sobre el abuso de gomina por parte de las chicas aficanas, con el afán de alisar su pelo. El tema, una declaración de identidad de Cabo Verde, fue escrito por Orlando Pantera, un joven escritor que, antes de morir, revolucionó uno de los principales géneros tradicionales de ese país, estableciendo un estilo que inspiró a toda una generación de nuevos artistas.

Y su último trabajo, M’bem di fora (Vengo de lejos), fue editado por Lusafrica en noviembre de 2006. Lura ha realizado innumerables giras por Estados Unidos y Europa, compartiendo la música de las zonas rurales de la isla que llama su hogar.
La música de Lura transmite sentimientos y desarrolla un poder vocal asombroso, con una variedad de matices y de registros fascinante. Las canciones del último álbum trazan un viaje a través de la vida rural caboverdiana. En palabras de la propia Lura: “El lugar de donde proviene mi familia es un descubrimiento reciente para mí y me enamoré de las islas. Es muy importante tener a alguien que cante nuestros pensamientos… tenemos riqueza de música, cultura, ritmos. Intento cantar sobre las pequeñas cosas de la vida cotidiana, lo hermoso, lo simple”.
Que así sea, por muchos años.


Na ri na



Mundo e nos



Ponziana



Vazulina

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