martes, 7 de octubre de 2008

Lila Downs, orgullo indígena.


La música de Lila Downs pertenece a las dos riberas del Río Grande: México y Estados Unidos. Heredera de dos culturas, la mexicana y la norteamericana, la cantante de Oaxaca recupera y reinventa la música tradicional mexicana.

Hija de un norteamericano, de origen escocés, y de una mujer mixteca, Lila comenzó a cantar con mariachis a los ocho años. A los catorce inició sus estudios de canto en la ciudad de Los Angeles, California, y continuó estudiando en la ciudad de Oaxaca de Juárez. Volvió nuevamente a Minnesota donde estudió canto y antropología social en la Universidad de Minnesota.

Casi casi se convierte en cantante de ópera. La facultad le aburrió y cambió de planes. Pudo más Lola Beltrán, Cesárea Evora, Virginia Rodriguez y más allá Miles Davis y Woody Guthrie. Se hizo antropóloga. Pudieron más las mujeres indígenas, el interés por las raíces, la etnia, el significado de las costumbres y los símbolos de una cultura propia y ajena. La recuperación de una cultura que la impregnó escuchando a su madre.

Yo la conocí en 2001 a través de su disco "La línea (The border)", dedicado a todos los latinoamericanos que se juegan la vida intentando alcanzar los Estados Unidos para caer, en su mayoría, en la marginación y la explotación laboral. Lila sorprendía por su frescura pero sobre todo por los sonidos mestizos de la música de la etnia mixteca, la más conocida música mexicana y el tex-mex. Y como no, por su voz.


Me preocupé luego por conocer sus trabajos anteriores y por seguir lo que ha ido haciendo desde entonces (como ganar el oscar a la mejor banda sonora original por la película sobre Frida Kahlo). “La sandunga”, editado en 1997, es su primer trabajo realizado a partir de la música tradicional de Oaxaca. “Yutu Tata” (Árbol de la vida), el siguiente, está inspirado en las imágenes de los códices mixtecos. Sus letras -cantadas en castellano y en lenguas indígenas como el mixteca, el zapoteca o el maya- constituyen un testimonio de misticismo y la filosofía del México prehispánico.

Al respecto de la situación de los pueblos indígenas americanos Lila opina que "uno de los temas que más me interesa es pensar que podemos seguir retomando la cultura indígena y, al mismo tiempo, vivir una realidad moderna. Junto con otros compañeros de las comunidades triquis, mixtecas y zapotecas de Oaxaca, he crecido pensando que todas nuestras comunidades indígenas necesitan una autonomía política y legal, y un gran respeto de parte de todos. Sus lenguas e ideas de nación deben permanecer, sin olvidarnos de lo que ocurre en el mundo, porque formamos parte de este todo."

Luego vinieron trabajos como "Una sangre" o el fántastico "La Cantina", un puñado de canciones etílicas, trágicas y de desamor que evocan a la gran Chavela.

Su último disco "Ojo de Culebra (Shake away)" de 2008 cuenta con grandes colaboraciones, algunas españolas como Enrique Bunbury o La Mari de Chambao. En esta ocasión, se inspira en la cultura chamánica de los indígenas mexicanos. Cantos que ayudan a sanar el alma. Quien sabe, tal vez sea cierto.

Más info: http://www.liladowns.com/

La iguana


El feo

El corrido de Tacha

Justicia (con Bunbury)

Cumbia del Mole

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